A veces los derechos de autor pueden generar situaciones absurdas. Entre otras joyas: Microsoft patentó las teclas de avance y retroceso de página. Algún día se escribirá la contracrónica de las patentes en EEUU, para asombro de generaciones venideras y vergüenza de sus actuales protagonistas.
Pero es imposible que pueda superarse en imaginación a la gallega Ángeles Durán, que acaba de escriturar ante notario su flamante propiedad solar:
“Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros…” Consecuencia: cobrará un canon a fabricantes y usuarios de energía solar. Su argumento, como tantos en estos casos, se aprovecha de un vacío legal: está prohibida la compra de planteas a países y Gobiernos… pero no hay nada escrito sobre las personas o sociedades.
Situación caricaturesca que invita a la sonrisa paternalista, basada sin embargo en una realidad que es piedra de toque de algunas industrias como la del software, la farmacéutica o la editorial.
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Pero es imposible que pueda superarse en imaginación a la gallega Ángeles Durán, que acaba de escriturar ante notario su flamante propiedad solar:
“Soy propietaria del Sol, estrella de tipo espectral G2, que se encuentra en el centro del sistema solar, situada a una distancia media de la Tierra de aproximadamente 149.600.000 kilómetros…” Consecuencia: cobrará un canon a fabricantes y usuarios de energía solar. Su argumento, como tantos en estos casos, se aprovecha de un vacío legal: está prohibida la compra de planteas a países y Gobiernos… pero no hay nada escrito sobre las personas o sociedades.
Situación caricaturesca que invita a la sonrisa paternalista, basada sin embargo en una realidad que es piedra de toque de algunas industrias como la del software, la farmacéutica o la editorial.
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